La generación 2025 de la Fundación Ser y Hacer visitó la Reserva Provincial La Payunia el sábado 1 de noviembre. El recorrido se enmarca en las actividades vivenciales y de experiencias formativas para fortalecer el vínculo de los jóvenes con su territorio.
La generación 2025 de la Fundación Ser y Hacer concretó el pasado sábado 1 de noviembre su viaje educativo anual a la Reserva Provincial La Payunia, uno de los paisajes naturales más emblemáticos del departamento de Malargüe. La actividad se desarrolló como parte del programa institucional que promueve experiencias de aprendizaje vivencial, en el marco de la formación integral de jóvenes líderes.
El recorrido fue posible gracias al compromiso de diversas instituciones y personas que colaboraron para hacerlo realidad. Entre ellas se destacó la empresa PCR Energy, socio estratégico del programa “Constrúyete con propósito y con poder”, que acompaña a la Fundación en sus iniciativas educativas y sociales.
También participó la Secretaría de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Malargüe, a través de su titular Graciela Violaz, quien facilitó el acceso de los jóvenes a la reserva y la gestión de la guía. Asimismo, la institución reconoció el trabajo de la empresa local Expreso Payún, encargada del servicio de traslado, que permitió garantizar una experiencia segura y organizada.
La jornada contó con la guiada de Valeria Chilaca, reconocida profesional del turismo local, quien compartió con el grupo su conocimiento sobre la geología, flora, fauna e historia de La Payunia. Ninguno de los jóvenes había visitado antes esta Área Natural Protegida, considerado uno de los campos volcánicos más extensos y mejor conservados del planeta. Durante el recorrido, los estudiantes pudieron observar los conos volcánicos y los campos de lava, además de comprender la importancia de su preservación.
El itinerario del día incluyó la Pasarela, la Seccional La Amarga —donde el grupo disfrutó de un desayuno y fue recibido por los guardaparques Gerardo Pavés y Alan Retamal— quienes aportaron información sobre su profesión y también sobre las áreas protegidas de Malargüe, Pampas Negras, el Volcán Morado, el Campo de Bombas, el Rial del Molle (donde se realizó el almuerzo), el Museo de Cera y el sector Los Colores donde el grupo vivió una experiencia de conexión única con la naturaleza. Cada una de estas paradas ofreció un paisaje distinto y una oportunidad de aprendizaje sobre la riqueza de la región.
Como cierre de la jornada, los jóvenes vivieron una experiencia gastronómica en el puesto de la familia Zagal, un emprendimiento que se está incorporando al turismo rural. Allí fueron recibidos con una merienda de tortas fritas recién elaboradas, en un ambiente cálido y familiar. Esta instancia permitió a los participantes conocer cómo los puestos rurales integran la actividad turística a su vida cotidiana, generando nuevas oportunidades de desarrollo económico en armonía con la naturaleza.
Verónica Bunsters, presidente de la Fundación, destacó la relevancia del viaje: “La Fundación Ser y Hacer cree firmemente en la educación basada en experiencias. Este viaje permitió a nuestros jóvenes conocer, valorar y amar las riquezas de nuestro suelo. Cada uno de ellos regresó con la emoción de haber descubierto un tesoro que les pertenece”.
La actividad se desarrolló con la participación de los voluntarios Rodolfo Arce, Lucía Ferrada y Patricia Lescano, quienes acompañaron a los jóvenes en las distintas etapas del recorrido, fomentando el aprendizaje colaborativo y la reflexión sobre el cuidado ambiental. Desde la Fundación subrayaron que este tipo de experiencias fortalecen los valores de convivencia, identidad y compromiso comunitario.
Este fue el segundo año consecutivo en que la Fundación Ser y Hacer premia a sus jóvenes con la visita a La Payunia, consolidando una propuesta educativa que combina formación, valores y vivencias transformadoras, orientadas a formar líderes comprometidos con el desarrollo sostenible de su territorio.

















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